El padre y la madre son dos figuras fundamentales en nuestra vida. En Ancestrología o Constelaciones Familiares observamos en profundidad cómo es nuestra relación con ambos, cómo nos ubicamos dentro del sistema familiar respecto a ellos y si hemos dado el paso de tomarlos plenamente; es decir, aceptarlos y amarlos tal y como son. En este artículo veremos de qué manera influyen el padre y la madre en nuestras vidas.
Somos el resultado de su unión y nuestra vida es gracias a ambos, en un cincuenta por cien. La mitad de mí es gracias a mi madre y la otra mitad de mí es gracias a mi padre.
Este hecho biológico tan sencillo y cotidiano tiene grandes connotaciones al analizarlo con mayor perspectiva. ¿Por qué? Porque mi información genética procede de su información genética, y por tanto mi vida está inevitablemente vinculada a la de mis padres. Esto va mucho más allá de nuestras características físicas, de nuestros valores o de lo aprendido con ellos (lo que también es muy importante). Se trata de que la información de lo sucedido en sus propias vidas pasa a formar parte del “archivo de información familiar” al cual me incorporo al llegar a mi familia, y el cual yo mismo amplío y desarrollo con mi propia vida.
Lo que ellos son, cómo son y también todo lo sucedido en sus respectivos sistemas forma parte de mí a un nivel más profundo de lo que inicialmente podríamos pensar. Pero no solamente eso, sino que estar en sintonía con ellos (en constelaciones utilizamos la expresión “tomar a nuestros padres”, que quiere decir amarles y aceptarles tal y como son, exactamente como son) es vital para gozar de una vida fluida y saludable, donde el éxito en todos los ámbitos de nuestra vida nos acompañe.
Con todo esto no es de extrañar que el trabajo con la madre y con el padre sea “el quid de la cuestión” para sanar y conocernos en muchos aspectos y aristas, si bien cada uno de ellos nos aporta simbólicamente cosas diferentes.
A continuación hacemos un repaso de las principales aportaciones de cada uno de ellos desde la perspectiva sistémica, comenzamos con nuestra madre.
LA MADRE SEGÚN LA ANCESTROLOGÍA Y CONSTELACIÓN
La madre nos conecta en primer lugar con la vida, ya que ella es quien nos nutre y nos da sus cuidados y afecto. Con ella tenemos nuestra primera experiencia de abundancia, gracias a todo lo recibido por ella en el mismo vientre materno y después en nuestros primeros años de vida. De ahí que ese primer patrón quede grabado en nosotros, y por tanto tomar a la madre es sinónimo de vida, abundancia, prosperidad y éxito.
De abundancia en un concepto amplio, no solamente a nivel económico y material a través del dinero, sino también de satisfacción y plenitud en aquello que desarrollamos; por ello la forma en la que alguien se relaciona con su madre es también la forma que tiene de relacionarse con su profesión y trabajo.
La madre también tiene que ver con nuestro estar en la vida con seguridad y con confianza, fluyendo con lo que nos llega y sabiendo que nuestras necesidades se verán satisfechas. A veces no de la forma precisa en que yo me había imaginado, pero sí de maneras en las que me siento pleno a un nivel profundo. Tomar a la madre nos da confianza en nuestras propias capacidades, favorece la autoestima e incluso se relaciona con la imagen que tenemos de nosotros mismos.
Ella es la primera persona con quien me relaciono y con quien establezco un vínculo, por ello representa también el amor y nuestra facilidad para relacionarnos y vincularnos con otras personas, sea a un nivel más íntimo como el de la pareja o con nuestros hijos, o también a otro nivel más amplio con nuestras amistades y grupos. Así, todas nuestras relaciones pueden quedar marcadas por la relación con nuestra madre, con la gran repercusión en nuestras vidas que esto puede tener.
Y si la madre representa nuestra vida y nuestro tomar de ella, esto tiene que ver también con nuestra salud y con nuestra relación con la comida. Por ello algunos trastornos que tienen que ver con la alimentación, tales como compulsión por la comida o dificultades para digerir o asimilar bien el alimento pueden tener su origen en ese primer tomar de nuestra madre, así como en llenar vacíos que no pudieron ser satisfechos en su momento. Por supuesto que cada caso necesita ser revisado de manera particular, pero esto son algunas de las observaciones que se perciben en constelaciones.
En la medida en la que soy capaz de abrazar, aceptar y honrar a mi madre, lo haré con el éxito y la felicidad en todas sus formas.
EL PADRE EN ANCESTROLOGÍA Y CONSTELACIÓN
Tradicionalmente el padre era quien mantenía a la familia, quien salía de casa para ir a trabajar para obtener unos ingresos con los que mantenerla. Aunque en las últimas décadas esa situación ha cambiado, todavía está grabada en nosotros y en nuestro inconsciente la impronta de un padre que sostiene, que va al mundo a ganarse la vida para mantenerse él y a su familia. En contacto con la realidad, con sus retos y dificultades, con todo lo que eso implica (un padre que muchas veces parece que no está presente pero que gracias a él se pagan las facturas y se sostiene la familia). De ahí que nuestro padre nos aporte todo esto.
El padre nos aporta la fuerza necesaria para que salgamos al mundo a desarrollar nuestra propia autonomía (estudios, trabajo, pareja, nuestra propia familia…). En brazos de la madre uno está sostenido, nutrido, pero cuando la persona crece necesita ir más allá de ese espacio seguro pero limitado que ofrece la madre. Necesita ser uno mismo, desarrollarse y estar en contacto con la realidad, con los retos y dificultades que en esta se presentan, y poderse mantener en ella.
Necesitamos a nuestro padre para poder decir sí cuando queremos decir sí, y no cuando queremos decir no, para establecer nuestros propios límites y hacer que otras personas los respeten, y así no vernos metidos en situaciones de inferioridad o abuso.
El padre es nuestra primera figura de autoridad, y nos aporta estructura, organización y normas. Nos ayuda a marcarnos nuestros objetivos y a mantenernos en ellos, y a lograr finalizar con éxito aquello que nos proponemos.
Tomar y honrar al padre nos hace ir hacia nuestras metas y objetivos con mayor fuerza, confianza y seguridad.
ADÉNTRATE EN LAS CONSTELACIONES FAMILIARES
Las Constelaciones Familiares nos ofrecen una mirada que abarca más allá del individuo y sus circunstancias y nos muestran la influencia del sistema familiar en su evolución. El trabajo con las Constelaciones Familiares nos va a permitir ser conscientes de todas las fuerzas que influyen en nosotros y nos va a facilitar desarrollarnos en el amor, tomando y honrando a cada miembro de la familia, lo que hará posible que nosotros tomemos nuestro propio camino de forma autónoma, honrando así también a todo el sistema familiar.
Frases sanadoras para para dejar de sentir rencor con el padre o la madre:
– Mamá/Papá, estoy cansado de vivir enfadado/o y resentido/a contigo, ya no deseo más seguir alimentando estos sentimientos, ya no tienen ningún sentido para mí.
– Tomo la vida que me has dado con el precio y el dolor que me ha supuesto, y este precio decido pagarlo desde el amor.
– En tu rol de padre/madre lo hiciste conmigo lo mejor que pudiste y supiste con los recursos y la consciencia que disponías.
– Y lo que me pudiste dar que me resultó positivo lo tomo como suficiente para posicionarme ante ti como el adulto/a que soy, y no más como un/a niño/a que sigue herido/a.
– Renuncio a la fantasía de que tengo derecho a reclamarte más, porque mis heridas sólo son mías, y nadie tiene que darme nada por ello.
– Tu eres el padre/ la madre que la vida escogió para mí, por lo que eres el mejor/ la mejor padre/madre que podría tener.
– Ésta es la forma en que decido llevarte en mi corazón, y éste es el modo en el que a partir de ahora me permito tomar tu fuerza para dirigir mi vida.
Frases sanadoras para dejar de sentir una pena profunda por el padre/ madre:
– Papá/mamá, respeto y dignifico tu destino tal como lo has vivido con todo el dolor que te ha supuesto.
– Mi pena y mi lástima no te aportan nada, y a mí me genera mucho dolor cargar con estos sentimientos.
– Como yo soy el pequeño/a y tu el/la grande, no tiene sentido que cargue con tu dolor sobre mis hombros, así que con muchísimo amor y cariño lo dejo contigo.
– A partir de ahora te dedicaré únicamente mis alegrías y mis éxitos, y dejaré de utilizar el sufrimiento para seguir conectándome amorosamente contigo.