Un árbol genealógico es algo más que un dibujo y un cúmulo de datos, fechas e historias familiares. Puede ser una herramienta muy poderosa para entender y sanar las circunstancias y problemas de una persona.
Quizás está lejos de ser una herramienta de curación, como algunos defienden. Sin embargo, lo cierto es que puede proporcionarnos una valiosa información sobre nuestro origen y explicarnos de alguna manera de dónde venimos. Algunas corrientes incluso se atreven a afirmar que a través del conocimiento del árbol genealógico podemos descubrir cómo el inconsciente familiar interactúa con el inconsciente personal.
“Si uno no sabe su historia, no sabe nada: es como ser una hoja y no saber que forma parte del árbol”
-Michael Crichton-
Un poco de historia…
Fue en los años 60 cuando surgieron en Europa una serie de psicoanalistas para los cuales la terapia se centraba en la toma de conciencia sobre la repetición de conflictos y dificultades dentro del seno familiar. En su planteamiento terapéutico incluían un enfoque transgeneracional.
En los años 70 nace la “psicogenealogía”. Este es un método de psicoanálisis donde se hace hincapié en la relación del origen de los problemas de la persona con situaciones no resueltas por sus antepasados. La psicogenealogía considera que simplemente con tomar conciencia de estos problemas se produce la liberación o resolución de los mismos.Dentro de la psicogenealogía podemos encontrar a Anne Schützenberger, Didier Dumas, Jodorowsky, Bert Hellinger…
En los últimos treinta años, dentro del campo psicoterapéutico se ha vuelto a revalorizar el concepto de “inconsciente familiar”. Se han vuelto a considerar antiguos pensamientos filosóficos orientales en los que se subrayaba la influencia que nuestros antepasados podrían tener sobre nuestras vidas o la fuerza de determinadas personas de la red familiar. Actualmente el árbol genealógico se utiliza, y forma parte de la historia clínica, como herramienta en múltiples disciplinas: psicoterapia, psiquiatría, medicina, trabajo social, educación…
Interpretar un árbol genealógico significa hacer un “análisis transgeneracional”. Mediante este análisis podemos identificar conflictos no resueltos, duelos no elaborados, patrones de comportamiento… El asunto clave en la interpretación del árbol genealógico es “tomar conciencia” y el identificar posibles “programas”. Para ello puede ser enormemente productivo realizar esta tarea en colaboración con alguien.
“Tener un árbol genealógico y no estudiarlo es como tener un mapa del tesoro y no ir a por él”
-Alejandro Jodorowsky-
Es decir, es bueno analizar el árbol haciendo preguntas concretas. El ir obteniendo las respuestas y descubriendo sus enlaces puede ser un trabajo profundo, a la vez que apasionante. Un auténtico proceso de desarrollo personal. Con él podremos responder a una pregunta fundamental: ¿de dónde venimos y cómo nos condiciona?
“Las raíces de una persona no son objetos físicos que se agarran a la tierra como las de los árboles. Las raíces se llevan dentro. Son los tentáculos que se extienden a lo largo de nuestras terminaciones nerviosas y nos mantienen enteros. Van contigo a donde tu vas, vivas donde vivas”
–Luz Gabás
En definitiva, la elaboración y estudio de un árbol genealógico puede resultar una actividad apasionante que todos podemos hacer en algún momento de nuestras vidas. Según los expertos, su visión y comprensión ya de por sí resulta sanadora, más allá de lo que podamos hacer con esa información después. Entonces, ¿por qué no probar?
“Nadie existe solo, nadie vive solo. Todos somos lo que somos porque otros fueron lo que fueron”
-Julio Medem-
1 Comment
Hola inma quiero aprender de donde son mis raíces hace tiempo quiero ocupar mi lugar y darle amistad hijos su lugar